Dirección: Chris Sivertson y Lucky McKee l Guión: Chris Sivertson y Lucky McKee l Interpretes: Caitlyn Stasey, Sianoa Smit-McPhee, Brooke Butler, Tom Williamson, Amanda Grace Cooper, Reanin Johannink
Mäddy Killian es una chica rebelde de 17 años del instituto Blackfoot con la misión de hacer caer al capitán del equipo de futbol. Se alistará a un grupo de cheerleaders para conseguir su propósito, pero una serie de trágicos acontecimientos harán que las chicas se vean empujadas a una batalla sobrenatural que culminará en una noche llena de mutilaciones que nunca olvidarán.
CALIFICACIÓN:
Aunque muchos no sepan, esta pelÃcula resulta ser una remake de otra homonima del año 2001. Lucky Mckee (May, The Woods) y Chris Sivertson (I Know Who Kill Me, The Lost) eran apenas dos estudiantes con hambre de filmar su primer filme de terror y el resultado fue All Cheerleaders Die. Una pelÃcula llena de humor negro, chicas y mucha sangre.
La pelÃcula no tuvo mucho alcance y solo fue distribuida limitadamente por DVD según fuentes de internet, dado que no pude visualizarla como para comentarla.
En aquel filme los personajes eran otros, con diferentes nombres e interpretes, pero la idea siempre fue la misma: que las porristas mueran.
Mäddy Killian es una chica rebelde de 17 años del instituto Blackfoot con la misión de hacer caer al capitán del equipo de futbol. Se alistará a un grupo de cheerleaders para conseguir su propósito, pero una serie de trágicos acontecimientos harán que las chicas se vean empujadas a una batalla sobrenatural que culminará en una noche llena de mutilaciones que nunca olvidarán.
CALIFICACIÓN:
Aunque muchos no sepan, esta pelÃcula resulta ser una remake de otra homonima del año 2001. Lucky Mckee (May, The Woods) y Chris Sivertson (I Know Who Kill Me, The Lost) eran apenas dos estudiantes con hambre de filmar su primer filme de terror y el resultado fue All Cheerleaders Die. Una pelÃcula llena de humor negro, chicas y mucha sangre.
En aquel filme los personajes eran otros, con diferentes nombres e interpretes, pero la idea siempre fue la misma: que las porristas mueran.